Avui compartim amb vosaltres el microrelat 2, per seguir oferint mirades sobre espais interiors i exteriors poc visibles. Esperem que us agradi
NIÑOS QUE JUEGAN EN LA PLAZA
El señor Manel es un hombre de barrio. Le gusta
recorrer sus calles y detenerse a hablar con los vecinos. Ahora que se ha convertido en un vecino de El
Raval tiene la sensación de un inicio; vuelve
a ser un recién llegado. La experiencia le da respeto, le asusta. Durante
sesenta años ha producido, orgulloso, idénticos modelos en su alpargatería del
Carrer Ample, cerca de Las Ramblas. Hace tiempo que en la tienda entra poca
gente. Si; me lo dice mi hijo: el negocio está desfasado. Pero el artesano se
tortura al imaginar la puerta cerrada o el escaparate lleno de quincalla. Por
suerte logra traspasarlo. Ahora son dos diseñadoras jóvenes que aman Barcelona,
quienes están tras el cristal donde lucen modelos que atraen las miradas.
Manel estrena vivienda y también
libertad y tiempo. Muy pronto desea ser parte del entorno. Siempre atravesó esas
calles especiales, ligero. Siempre miró hacia atrás por miedo a coincidir con algún
conocido. Ahora se detiene a oír las risas de los niños y el alboroto que arman
a la salida del colegio. Deambula ligero hasta perderse. Comprueba que han
caído calles y casas, que son pocos los
lugares abiertos que han vencido a las grúas. Pero aún resisten pequeñas plazas
donde juegan niños de todos los colores que no incluyen el blanco. En la era de
los nietos pegados a una máquina, se emociona el veterano con esos pequeños sin
juguetes que evocan la infancia sepultada.
Un día de los muchos, sentado en un
banco recién pintado observa y piensa. Le gusta el barrio. Cuántas criaturas y cómo
se lo pasan. Los niños lanzan la pelota sin árbitros, reciben el anochecer al
aire libre y toman un bocadillo por cena. A él también le alcanza la noche
arrobado. Viaja hacia atrás y ve al niño asustado que un día llegó a una gran ciudad
en la que se podía jugar en la calle. Y le alegra ver niños en la plaza. Luego
le pregunta a una pequeña: En tu país ¿también jugabas en la plaza? En la
tierra, señor, jugaba en la tierra; aquí
tenemos colegio y tenemos pelotas y una fuente. Se retira pensativo: Y yo que
me quejo de los que vienen de fuera.
Lola Fumanal. Microrelatos II. 26 de
abril de 2016